Y no hablamos de aquellas clasificadas como extra finas, cuyo grado alcohólico alcanza los 50 grados. Las más fuertes, son un verdadero reto no apto para principiantes, puesto que superan los 90 grados de alcohol. Parece increíble, pero es muy cierto y he aquí algunas de ellas:

• Vodka Spirytus: es una bebida de origen polonés, cuya presentación no es nada distinta al vodka común, pero tras esta apariencia inocente, esconde 96 grados de alcohol, un nivel que es casi intolerable para el cuerpo humano, por lo que se recomienda consumirlo como base para otras bebidas, sin embargo, hay quienes se atreven a ingerirlo puro, lo que es toda una hazaña.
• Everclear 190: de producción americana, es apenas un grado menos fuerte que el Vodka Spirytus y dada las graves consecuencias que puede tener sobre la salud, ha sido prohibido en Estados Unidos. Pero esto no detiene a quienes se sienten atraídos por la curiosidad de experimentar su sabor y efectos, quienes no dudan en trasladarse hasta Canadá para adquirirlo.
• Cocoroco: seguimos en el continente americano; este licor es elaborado en Bolivia, a base de caña de azúcar y posee un 93% de graduación alcohólica. Sin embargo, puede adquirirse con facilidad, ya que se produce artesanalmente, pero no nos dejemos engañar por esta sencilla presentación que generalmente viene dada en tarros.
• Poitin: no puede faltar en esta lista, el famoso licor irlandés, que también ha sido objetado legalmente por su 93% de graduación alcohólica. De hecho, su destilación está prohibida desde 1600 y únicamente las destilerías Knockee Hills y Bunratty Winery tienen el permiso para fabricarlas. En sus inicios, se elaboró a base de patata y malta, posteriormente se añadió a sus compuestos básicos, el azúcar.
• Whisky Bruichladdich X4 Perilous: este no es el típico Whisky que vemos en todos los bares, de hecho, el tradicional no es un contendiente digno de enfrentarse a este escocés que posee 92% de alcohol por volumen.

Además de estas, podemos mencionar otras tales como el Ron River Antoine Royal Grenadian o el Ron Stroh que seguramente son una exquisitez, pero recordemos que la prudencia es la mejor compañera para disfrutar de ellas.