El alquiler de oficinas Vecindario se alza como una de las medidas más plausibles para el desarrollo de una actividad empresarial o profesional, que responde al hecho de afrontar un menor coste económico frente al alquiler de oficinas tradicionales, junto con el favorecimiento de una imagen de empresa, que no tendríamos, si por ahorrar costes de alquiler, tomamos la decisión de llevar a cabo el ejercicio de nuestra profesión, trabajando desde casa.

Si, de manera general, buscamos la forma de emprender una actividad empresarial reduciendo el presupuesto económico al máximo posible y, de esta manera, conseguir más ingresos y menos gastos; esta prioridad es mayor todavía, cuando nos encontramos inmersos en una crisis económica generalizada que afecta en mayor grado, a pequeñas y medianas empresas, autónomos y profesionales libres.

Si bien el ahorro de gastos es mayor cuando ejercemos nuestro trabajo desde casa, también es cierto, que esta opción va en detrimento de cuestiones que tienen que ver con la imagen que proyectamos de empresa seria y profesional.

Entonces, un coworking Vecindario, es esa solución intermedia que nos beneficia en ambos sentidos, imagen profesional y mínimo presupuesto mensual destinado al alquiler de una oficina, ya acondicionada, para llevar adelante un negocio desde el minuto cero.

Con el alquiler de oficinas en espacio compartido, o el alquiler de despachos particulares dentro de un espacio coworking, nos libramos de los costes iniciales que habría que acometer para el acondicionamiento de un local, pago por adelantado de 2 o 3 mensualidades, mobiliario de despachos y salas, contratación de seguros, medidas de vigilancia, electricidad y suministro de agua, conexión wifi de alta velocidad, habilitación de cuartos de baño, servicio de limpieza... 

Un alquiler de coworking Vecindario se reduce a una mensualidad asequible que incluye todos los servicios necesarios, sin que nosotros tengamos que preocuparnos nada más que del desarrollo de nuestro negocio. 

Además, no asumimos riesgos; si el negocio marcha bien, seguiremos adelante y si hace falta ampliar plantilla, podemos disponer de más despachos o el alquiler de mesas en el espacio común; y, si por el contrario, nuestras expectativas profesionales no se cumplen, solo rescindiremos el contrato, ya que se trata de un alquiler sin obligación de permanencia. En un alquiler de oficinas de la forma tradicional, tanto en un caso, como en el otro, surgirían más complicaciones.

Por regla general, las soluciones sencillas son las que mejor resuelven las circunstancias más complicadas.

Toda actividad empresarial implica asumir una serie de riesgos financieros y económicos, y ante un hecho inevitable, la única opción debe basarse en reducir al máximo la incertidumbre de un emprendedor que se mueve entre la posibilidad de éxito o de fracaso.