El arte y la señal 4/29/2019
Silvia Albuixech artista plástica
Arte abstracto

Por años los artistas plásticos han dejado sus señales bajo diferentes aspectos del arte, en los sitios web, animaciones, videos, imágenes o textos escondidos, en esculturas, rostros, detalles, en pintura; los artistas necesitan dejar un indicio más allá de la obra que exprese aspectos de una época, de un sentimiento, de un mensaje al espectador presente o futuro.

Hay muchas interpretaciones respecto a estos indicios, y muchos creen descubrir en la obra aspectos personales, la obra le habla al espectador, más allá de las intenciones de su artista.

En esta ocasión trato El nacimiento de Venus, de Botticelli, para solaz de los matemáticos, el bucle de cabello que cuelga sobre el hombro, a la izquierda del observador, presenta una curva logarítmica, que no puede ser accidental. En esta obra hay suficientes símbolos de rizomas e incluso de elementos propios de la geometría, como la concha, con una resolución del tipo radial.

En el siglo XVII, Bernoulli, el matemático suizo, advirtió el hecho y llamó al rizo spira mirabilis, espiral maravilloso, aunque muchos piensan que un matemático con una expresión tan abstracta es también una situación maravillosa.

El rulo susurra, expresan algunos, lo cierto es que el autor dejó una huella indeleble de su curiosidad por las ciencias exactas, en este caso un hecho artístico que trasciende.

Ya he hablando antes sobre estas señales que dejan los artistas, en algunos casos extremas como la pintura de Bansky que preparó para destruirse el día que la vendieron en Shoteby, poco más de un millón de libras, el precio al que se vendió la pintura, triturados al momento de la adquisición.

Deja en claro que los artistas no buscan complacer al público, sino a sí mismos, hablan de sí  mismos y las obsesiones que los asedian.

El gesto de Bansky fue interpretado y reinterpretado, un gesto destructivo y otro constructivo, como la Venus, comparten un mensaje: el arte sin sujeción, ni dirección, ni siquiera destino.

Mientras la obra de Botticelli maravilla, la de Bansky parece horroriza, la perturbación es el efecto común, la elegancia personal de ambas imágenes que expresan aspecto simbólicos de su época, la belleza etérea y virginal de la Venus, la inocencia de la niña.

En la Venus, el desnudo atemporal escapa del componente religioso que se le daba a las obras de arte en la época en que fue pintado; la niña, una imagen que intenta llamar la atención sobre la situación de los niños de Siria, persigue un globo rojo en forma de corazón.

El amor escindido. En ambas imágenes perturba por su significado, además del arte de los autores.

Algunos proponen un mito en la procedencia de la obra de Bansky, la intención de destruir el cuadro en cuanto fuera adquirido le dio una impronta imperecedera a pesar de haberse destruido, La Venus, con su detalle extra en el campo de la matermáticas, también excede al cuadro y a su belleza.

La Venus enfrenta un nuevo humanismo renacentista en su época, una obra que se despega del oscurantismo medieval que muchas veces se ve revelado en las oscuridad de los colores y los fondos, La Venus es luminosa, angelical, una interpretación icónica con acompañamiento de la naturaleza incónica que sería reinterpretado en todas sus épocas.

Los mensajes ocultos están dirigidos a determinados espectadores, en este caso, los matemáticos se han apropiado del gesto y han inmortalizado el gesto del artista.

 





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