Una cartera que araña el pico de los lomos, hojas dobladas y aspecto desastrado; los libros que nos acompañan en los trayectos refleja las indecisiones al entrar y salir de la cartera, un señalador desvencijado y la intranquilidad por espiar las paradas.
Hay desenlaces que deja al margen el trayecto, y lo fugaz de la historia intenta ser permanente, estas montado en la lectura a cuestas por la ciudad, leer y no morir, leer y existir parecen actos contradictorios.
Ana Lexton