En un mundo donde la identidad de marca es fundamental para destacar, contar con una consultora de branding puede ser la diferencia entre una marca memorable y una que pasa desapercibida. Pero ¿qué herramientas debe manejar una buena consultora?, ¿es mejor trabajar desde una agencia o como autónomo?, y ¿qué faltas deben evadir?
¿Qué herramientas debe manejar una consultora de branding?
La suite de Adobe Creative Cloud, compuesta por herramientas como Illustrator, Photoshop e InDesign, es fundamental para cualquier profesional del diseño gráfico.
Illustrator permite desarrollar logotipos con precisión vectorial y gran versatilidad, mientras que Photoshop ofrece un entorno potente para la edición de imágenes y la creación de composiciones visuales atractivas.
Por su parte, InDesign facilita el diseño de presentaciones, revistas y materiales publicitarios con un acabado editorial impecable. Combinadas, estas herramientas permiten establecer una identidad visual coherente, definir tipografías distintivas y generar piezas gráficas de alto nivel estético que captan la atención y refuerzan el mensaje de marca.
Figma o Sketch: ideales para la creación de prototipos, diseño UI/UX y colaboración en equipo.
Canva Pro: Útil para presentaciones rápidas, especialmente cuando el cliente necesita plantillas editables.
Trello, Asana o Notion: Plataformas de organización que permiten estructurar proyectos por etapas, asignar tareas, coordinar entregas y centralizar el seguimiento de comentarios y revisiones.
Miro o Milanote: Perfectas para mapas mentales, moodboards y desarrollo visual de ideas de marca.
Google Analytics y SEMrush: Para analizar el posicionamiento digital de la marca y desarrollar estrategias que alineen imagen con rendimiento online.
¿Mejor desde una agencia o como autónomo?
Ambas opciones tienen ventajas. Las agencias disponen de profesionales especializados en diversas áreas y de una estructura sólida que les permite gestionar proyectos de gran envergadura con eficacia. Además, generan una percepción de solidez que muchos clientes valoran.}
Por otro lado, una consultora de branding autónoma puede ofrecer un trato más personalizado, tiempos de respuesta más rápidos y una relación directa con el cliente. Muchas marcas emergentes prefieren este modelo por su flexibilidad y costes más accesibles.
La decisión depende del tipo de clientes que quieras atraer, del volumen de trabajo que estés dispuesto a asumir y del estilo de colaboración que prefieras.
Cinco cosas que no debe hacer una consultora de branding
Este profesional debe evitar ciertos errores que pueden afectar negativamente la reputación del cliente y del propio consultor. Estos son los más comunes:
Ignorar la investigación de mercado: Diseñar sin conocer al público objetivo es un error fatal.
No mantener una alineación visual y comunicativa: Una marca debe proyectar el mismo estilo y mensaje en cada canal donde interactúe con su audiencia
No actualizarse con nuevas tendencias y tecnologías: El branding es un campo vivo y en constante evolución.
Restar importancia al nombre de marca y al estilo comunicativo: sin una identidad verbal definida, la marca se vuelve difusa y pierde impacto en la mente del consumidor.